La institución universitaria ha ensayado cuatro vías de aproximación y manejo de su problemática y contradictoria relación con los medios de comunicación masiva: primero, usándolos -en tanto tecnologías- como apoyo a los procesos de enseñanza-aprendizaje dentro y fuera de la Universidad (en las modalidades conocidas como no presenciales, semipresenciales o de educación abierta y a distancia); segundo, convirtiéndolos en objetos de conocimiento; tercero, formando profesionales para trabajar en ellos, y cuarto, creando sus propios medios de comunicación, en el marco de un amplio proceso de reconfiguración de sus relaciones con la Sociedad, consigo misma y con otros sectores igualmente interesados tanto en la producción y circulación de conocimiento y cultura como en la defensa de lo público.

La creación de planes para su estudio, profesionalización y legitimación académica es un proceso cuya comprensión no puede reducirse a simple capacitación de mano de obra para trabajar en los medios. Por esta vía la Universidad también investiga, hace conocer y critica su funcionamiento; construye actitudes sociales hacia los mismos y, aunque eso quizás sea más problemático de conseguir y consolidar, trata de que una parte, por mínima que sea, del ethos académico se instale en la mentalidad y en las prácticas de los profesionales de los medios.

Por otra parte, la creación de medios en el ámbito universitario es algo que por su importancia y la complejidad de las implicaciones para la Universidad, la Sociedad y hasta para los mismos medios comerciales, no puede pasar desapercibida. Creemos que hoy, en la calidad productiva y en la eficiencia administrativa del complejo comunicacional -tan plena y problemáticamente integrado al universo académico- se juegan algunos aspectos claves de su supervivencia como empresa intelectual, quizás hasta su futuro como institución educativa y cultural.