II. ANTECEDENTES

Desde su nacimiento, en 1975, el -entonces- Departamento de Ciencias de la Comunicación asumió como una de sus preocupaciones la realidad de los medios a nivel regional -uno de los ámbitos de trabajo de sus egresados- caracterizando el papel de la Universidad en ese entorno como generadora de transformaciones desde la formación de unos "comunicadores críticos y creativos"; la investigación de los procesos de comunicación y el ejercicio de la reflexión y el análisis, "comprendiendo los medios, más que como instrumentos, como formas de mediación social"; y desde la experimentación y producción de estrategias y materiales de comunicación, explorando, más allá del uso convencional en la región, las potencialidades sociales y estéticas de esos medios.

Durante los ochenta, una vez consolidado su Plan de Estudios y contando con la interlocución de sus egresados, el Departamento emprende una serie de iniciativas para la creación de medios universitarios de comunicación, en los cuales veía posibilidades no sólo de mejorar la docencia sino de ampliar la incidencia de la institución en la región, llegando incluso a liderar la constitución del primer canal regional de televisión en Colombia, Telepacífico. En los documentos elaborados en esa época por docentes de esta unidad académica, fueron concebidos los distintos medios con que cuenta hoy la Universidad, generando los debates y las acciones administrativas que los hicieron posibles.

En los noventa, con la consolidación de un modelo de gestión universitaria que ignoró la trayectoria de distintas unidades académicas e hizo girar las decisiones sobre los medios a voluntad del Rector Jaime Galarza y de un grupo reducido de "notables" , la presencia de la -hoy- Escuela de Comunicación Social en las políticas y funcionamiento de estos medios se fue reduciendo paulatinamente hasta el extremo de ser considerada como una intervención indeseable. Como si eso fuera poco, el modelo de formación implementado en el Plan de Estudios -reconocido como uno de los mejores del país- fue desconocido por ese Rector en distintos escenarios públicos.

Desde el inicio de la administración del Rector Carlos Dulcey, la Escuela expresó su voluntad de participar "en la formulación de políticas y proyectos en comunicación y cultura en los cuales los docentes adscritos a esta Escuela podremos hacer aportes desde la formación y experiencia como investigadores y gestores"1, invitándolo a un Claustro de Profesores para "dialogar en torno a las políticas de comunicación y cultura de la Universidad." 2

En el Claustro de la Escuela con el Rector Dulcey, celebrado en julio de 1998, en torno al Sistema de Comunicación y Cultura de la Universidad y considerando los planteamientos hechos en el documento "Propuestas para un Plan de Ajuste", en lo relativo a los Consorcios, el Claustro acordó diseñar una serie de políticas macro que apuntaran al desarrollo de los siguientes objetivos:

1. Todo medio de comunicación de la Universidad debe estar guiado por lógicas de rentabilidad académica, cultural y social.

2. Es necesario evaluar todos los proyectos y consorcios de comunicación existentes, a partir de los factores de rentabilidad antes enunciados, incluyendo además el estudio de su viabilidad financiera.

3. Es necesario elaborar una política universitaria sobre medios, comunicación y cultura, inexistente en la Universidad. Cabe anotar que la aproximación que desde la Rectoría ha estado realizando se ha enfocado más a darle estructura orgánica a los medios existentes.

4. Sólo dentro de la formulación de un marco conceptual que ubique el papel y la ruta de los medios y los proyectos de comunicación dentro del quehacer académico de la Universidad del Valle, sumado a la evaluación de los denominados "Consorcios" y demás Proyectos existentes, se puede determinar su adscripción, reformulación o supresión.

Preocupados por el rumbo tomado por los medios de comunicación de la Universidad, convertidos en "Consorcios", y ante la centralidad que tiene su funcionamiento para los desarrollos actuales de nuestra Unidad Académica, se asume el reconocimiento de la dirección universitaria como una tarea irrenunciable, que aunque la inicia este documento "...debe construirse con el concurso de todas las unidades académicas que tengan el interés en ello"3.