UNIVERSIDAD DEL VALLE
FACULTAD DE ARTES INTEGRADAS
ESCUELA DE COMUNICACION SOCIAL

LOS MEDIOS EN LA UNIVERSIDAD:
APUNTES PARA LA RECUPERACION DE UNA MEMORIA
-Diagnóstico y Prospectiva-
Santiago de Cali, marzo de 1999

III. LOS MEDIOS DE LA UNIVERSIDAD
 

"En la moderna tendencia hacia la propiedad privada limitada, se niega de modo efectivo las condiciones culturales de la democracia: a veces -irónicamente- en nombre de la libertad".
Raymond Williams
 


1. RECUPERAR LA MEMORIA EN UNA UNIVERSIDAD AMNÉSICA

Resulta paradójico que en la Universidad del Valle la consulta de los archivos se vuelva una empresa de titanes. Para recoger las presentes memorias, se consultaron -básicamente- los archivos de UV-TV (prácticamente inexistentes), Univalle Estéreo, y de la Escuela de Comunicación Social; (no se pudo acceder directamente a los archivos de La Palabra ni a los antiguos archivos de Televisión Educativa). Fue imposible consultar los archivos de la Rectoría y de la Secretaría General, confinados por ahora en un Archivo Central, lugar virtual, pues no se da razón exacta de su ubicación.

La falta de memoria, en este caso institucional, ha sido bien aprovechada para gestar aparatos burocráticos y prácticas ilegítimas en el ámbito universitario, eludiendo la historia y la consulta o interventoría de quienes podrían ser -por su tradición de trabajo y su experiencia- autoridades académicas en cada campo. Bajo la consigna de tabula rasa se emprenden, a palos de ciego, acciones institucionales que responden generalmente a intereses particulares y que, al no contar con la trayectoria de la Universidad ni de sus formas institucionales, resultan costosas económica y académicamente .

Para no repetir estas prácticas amnésicas quisimos partir de la historia de los medios en la Universidad e interpretar desde ahí, desde un recorrido que muestra algunos aciertos y muchos errores, la configuración de unas políticas que re-institucionalicen el quehacer de los medios. Es necesario recalcar que estos medios son, ante todo, empresas culturales, y están articulados no sólo al ámbito intrauniversitario sino al campo cultural regional, incidiendo en lo que se valora (en los círculos intelectuales locales) y exponiendo lo que ha sido legitimado por las políticas culturales universitarias. Entonces la programación de los medios universitarios se reviste de legitimidad y a sus protagonistas -los escogidos- se les otorga reconocimiento académico.

La visibilidad social y el prestigio intelectual alcanzado por cierto círculo de amigos del entonces Rector, el "mecenazgo galarziano", muestra el papel de los medios en la configuración del campo intelectual, en el contexto de un modelo universitario regido por una lógica patrimonialista4, que el profesor Renán Silva5, ha caracterizado recientemente como de privatización difusa, "en el sentido de una forma de Universidad que terminó colocando un conjunto de estructuras públicas al servicio de intereses privados (económicos, intelectuales, de legitimación simbólica) de grupos de profesores y administradores, a los que hemos definido como una minoría inmerecida"6.

No podemos entrar a hacer recomendaciones, susceptibles de trasformarse institucionalmente en políticas de comunicación o políticas sobre los medios institucionales, sin antes tomarnos, por lo menos, el trabajo de formularnos preguntas como éstas:

¿Qué percepción de la institución universitaria, de su misión, del tipo de relaciones que debe mantener con la sociedad, le han dado sentido o han justificado la creación de los medios de comunicación masiva institucionales?.

Desde otro ángulo de visión, ¿han tenido que ver con cuestiones como la pérdida de prestigio social de la institución educativa en su conjunto (agentes, contenidos, resultados), su puesta en crisis precisamente cuando en todas partes el crecimiento y consolidación del poder de las empresas privadas de medios es más ostensible e indudable?, ¿O quizás con el hecho de que ambas instituciones actúen, tengan interés, compitan o rivalicen por consolidar posiciones de poder en los mismos ámbitos -los propios del conocimiento y la cultura- así como respecto de las importantes cuestiones ligadas hoy a la gestión, defensa y mirada crítica en torno a lo que -desde la institución universitaria y desde los medios comerciales- se reconoce y legitima como de interés público?

¿Es acaso expresión de las relaciones cada vez más desiguales y problemáticas entre la Universidad y los medios comerciales?, ¿O especie de sintomática respuesta del sector académico al hecho de que los medios (comerciales y privados) tienen una mayor capacidad para establecer los rasgos, prioridades y jerarquías de cuanto acontece en los espacios públicos, incluída la Universidad?, ¿O quizás porque esta ha comprendido el carácter urgente y, hasta cierto punto, estratégico que para su supervivencia, consolidación y proyección pública -en los términos y condiciones por ella misma definidos como ejercicio de su autonomía-7 podría comportar el integrarlos progresivamente a su propio ámbito?

Por supuesto, son muchas las cuestiones y los problemas aludidos. Aunque este documento no pretende responder todos los interrogantes, su planteamiento es necesario porque constituye el horizonte problemático desde donde examinamos la historia de los medios en la Universidad y su proyección.

Si la hipótesis sobre el carácter estratégico que para la Universidad tiene la integración de los medios a su propio ámbito tiene alguna validez, entonces, en el marco de una Política Cultural Universitaria, el diseño de una Política de Medios es una cuestión de primordial importancia para la institución universitaria. Ni la una ni la otra pueden formularse en contra de lo que se ha definido como la razón de ser de la institución universitaria, ni poner en peligro su conquista histórica más preciada y más difícil de defender y consolidar: su autonomía respecto de cualquier clase de poder. Dicho de otro modo, ambas deben promover la defensa de esa estratégica independencia sin la cual, por paradójico que suene, el proyecto universitario deja de ser tal. Independencia que no significa -que no puede significar- aislamiento suicida, pero -tampoco- entrega irresponsable a las fuerzas de mercado cultural.


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